viernes, 13 de febrero de 2009

En boca de todos. Apuntes para divulgar historia



Presentación: Sujetos, objetos, quiénes, qué


El pasado siempre nos ha sido contado y de alguna u otra manera esta tarea fue realizada por algún miembro del grupo involucrado en esa historia: desde un relato familiar, donde el tío, la madre o el abuelo cuentan anécdotas, aportan datos o reconstruyen parentescos olvidados, hasta una comunidad tribal en la que el chamán o anciano adquiere la habilidad, no sólo de relatar el pasado colectivo, sino de franquear las barreras del tiempo comunicándose directamente con sus ancestros, los muertos. La tarea del historiador se nos presenta de alguna forma como una continuidad de estas prácticas, de esa necesidad social indispensable del ser humano: conocer su historia.


Cada pueblo tiene su historia y cada época sus historiadores. El relato que ordenaba el pasado argentino hizo crisis en diciembre de 2001, abriendo una grieta en nuestro sentido de la historia y dejando en su lugar un espacio vacante. El momento reclama nuevos relatos y nuevos historiadores capaces de articularlos.

El objeto de esta intervención es plantear la divulgación de historia como una actividad urgente y necesaria. Se trata de recuperar el vínculo entre la práctica del historiador y los modos en que la propia comunidad se relaciona con su pasado. Este desafío sólo puede ser afrontado organizándonos. Por eso este texto es también una convocatoria a un proyecto de autoformación y trabajo que piense cómo producimos historia, qué es lo que contamos y a quiénes buscamos interpelar al hacerlo.

Quienes escribimos esto formamos un grupo que viene cuestionando la producción de saberes tal como se da en ámbitos académicos y explorando modos de organización colectiva de la investigación y la escritura de historia.1 El eje de este proyecto es volver a contar la historia argentina desde una perspectiva no centrada en el mundo de las élites o de la llamada “alta” política (aunque no puede olvidarlas), sino que busque expresarnos junto a aquellos que viven o han vivido resistiendo al dominio del estado capitalista, una narración del pasado que revele la incontenible creatividad de los hombres y mujeres que producen o han producido diariamente este mundo a través de la cooperación social. Los relatos históricos son una herramienta más en la construcción de discursos y prácticas de cambio social. Buscamos convocar a quienes quieran reconstruir el sentido político de la actividad de historiar, estén estudiando, investiguen o no, trabajen como docentes o estén involucrados con la historia de cualquier manera.

Lo que sigue a esta presentación no es una receta ni un método, sino un intento de pensar los principales problemas que involucra la actividad de la divulgación histórica.

Buenos Aires

Octubre de 2008


Notas

1 Hace unos años ya, publicamos Tiempo de Insurgencia. Experiencias comunistas en la Revolución Rusa, que circuló en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (donde nos conocimos).